viernes, febrero 23, 2007

Dice Alfredo Molano, citando a la Comisión colombiana de juristas: “Entre julio de 2002 y junio de 2006, por lo menos 1.613 personas fueron desaparecidas forzadamente. De ellas, 476 personas fueron encontradas asesinadas, en algunos casos con señales de tortura. En promedio, más de una persona (1,1) fue desaparecida cada día. En los años anteriores desaparecían menos de dos (1,7). El 96,54% de las desapariciones forzadas registradas, en las cuales se conoce el presunto autor genérico, fueron atribuidas al Estado. A los grupos guerrilleros se les atribuyó el 3,4% de los casos”.

stadísticas que no pierden su norte. La comisión, a diferencia de otras instancias, trata de ser lo más exacta posible, tanto que no amñana datos y deja muy clara la situación. Por eso “Menos de dos”. evidente situación. Desaparecen a una persona y la quitan las piernas a otra. Sencillo.

Seguramente el gobierno dirá que la gente no se desaparece forzadamente, que ellos siempre preguntaban.


martes, febrero 20, 2007

el maravilloso sabor...

El imperialismo gaseoso que se difunde alrededor del mundo, en el que, según leí u oí en algún lado, 1000 millones de personas están pensando mientras escribo esto, es terriblemente macabro. Se ha detectado, por fuentes cercanas a la realidad, que el delicioso sabor de la bebida proviene de la sangre de sindicalista con que se saborizan los tanques contenedores de la cola favorita del planeta.

Al parecer, cada mes el buró de la empresa decide darle prevendas especiales a un grupo de elegidos para el sacrificio, que por supuesto, es por el bien de la humanidad. Los alimenta, les da harta carnita y dulces, los llena de sabor y en las noches deben tomarse unas goticas que se componen por diferentes elementos traídos de lugares impensados, lugares que cuando se nombran suelen enloquecer a quienes los oyen, por el horror de las imágenes que impactan en la mente cuando se pronuncian.

Así, cada final de mes, hay un grupo selecto de hombres y a veces mujeres de toda la empresa en Colombia que tienen la fortuna de ser elegidos para repartir su sabor alrededor del mundo. Y los siguen. Les hacen pruebas. Llegan unos señores a las casas -encapuchados para que los elegidos no sepan quienes son sus jurados- donde le hacen una entrevista y le recuerdan al señor o señora que hace parte del selecto grupo de posibles saborizadores de coca-cola.

Estos señores –encapuchados y algunas veces armados, pues dentro de ese grupo existe la creencia de que el miedo mejora el sabor de los elegidos- son los inspectores de calidad, que luego se reúnen para decidir quienes son los que mejor saben y comunicarle su decisión al buró que se reúne en la ciudad subterránea de aagartha.

El resto es solo la chispa de la vida, la sabrosa sangre de sindicalista que nos vuelve adictos y permite que nuestra coca-cola sea la mejor del mundo. Y ellos, los sacrificados, tan felices…

miércoles, febrero 14, 2007

el pasajero
En ese movimiento contingente, sin orientación, guiado por el caos, esa voz se permitía sonar. Una voz con ecos y cambios fuertes, capaz de llegar a altas notas, capaz de gritar, de hacer que todos gritáramos con ella. Comunión de almas, me dijo alguien. Un encuentro con el tiempo, que para este momento ya estaba en todas partes. El Riff que se convertía en el abrir una puerta al pasado, al “cuando oí por primera vez esa canción”…y era tan fácil hacer que todos los tiempos se pudieran conjugar ahora, hasta que decidíamos de forma conjunta agarrarnos todos a patadas, porque los saltitos son insuficientes, y volver a cantar…salí sin voz, pero la voz estuvo y estará siempre.

Más no puedo decir, no se como…