martes, febrero 20, 2007

el maravilloso sabor...

El imperialismo gaseoso que se difunde alrededor del mundo, en el que, según leí u oí en algún lado, 1000 millones de personas están pensando mientras escribo esto, es terriblemente macabro. Se ha detectado, por fuentes cercanas a la realidad, que el delicioso sabor de la bebida proviene de la sangre de sindicalista con que se saborizan los tanques contenedores de la cola favorita del planeta.

Al parecer, cada mes el buró de la empresa decide darle prevendas especiales a un grupo de elegidos para el sacrificio, que por supuesto, es por el bien de la humanidad. Los alimenta, les da harta carnita y dulces, los llena de sabor y en las noches deben tomarse unas goticas que se componen por diferentes elementos traídos de lugares impensados, lugares que cuando se nombran suelen enloquecer a quienes los oyen, por el horror de las imágenes que impactan en la mente cuando se pronuncian.

Así, cada final de mes, hay un grupo selecto de hombres y a veces mujeres de toda la empresa en Colombia que tienen la fortuna de ser elegidos para repartir su sabor alrededor del mundo. Y los siguen. Les hacen pruebas. Llegan unos señores a las casas -encapuchados para que los elegidos no sepan quienes son sus jurados- donde le hacen una entrevista y le recuerdan al señor o señora que hace parte del selecto grupo de posibles saborizadores de coca-cola.

Estos señores –encapuchados y algunas veces armados, pues dentro de ese grupo existe la creencia de que el miedo mejora el sabor de los elegidos- son los inspectores de calidad, que luego se reúnen para decidir quienes son los que mejor saben y comunicarle su decisión al buró que se reúne en la ciudad subterránea de aagartha.

El resto es solo la chispa de la vida, la sabrosa sangre de sindicalista que nos vuelve adictos y permite que nuestra coca-cola sea la mejor del mundo. Y ellos, los sacrificados, tan felices…

2 Comments:

Blogger juglar del zipa said...

Véase Soylent verde.

1:14 p. m.  
Blogger Lanark said...

Increíblemente, la ficción ha sido rebasada por la casi-realidad, y ni siquiera es una secreción asquerosa de gusano (SLURM de Futurama) la que nos envicia, sino sindicalista disuelto en ácido fosfórico.

Juglar: Por esto hay que comenzar desde ya a planear la EXTINCIÓN HUMANA VOUNTARIA. Pero voluntaria, no como la que les gusta a los republicanos o a los uribistas.

4:06 p. m.  

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