disposiciones de un estudio para cambiar el mundo.
Lo primero es fumar mucho. Encerrarse en un estudio 14 horas diarias, agarrar la biblioteca entera y desparramarla en el suelo, escupirla en las mesitas, vomitarla en todas partes. Evitar bañarse. Las ideas pueden huir ante los buenos aromas, la gente puede acercarse demasiado. No se pueden abrir las ventanas, no se pueden botar las colillas.
Es necesario recluirse entonces, permitir que el humo del cigarro perfore los pulmones y haga suya cada esquina del cuartito. Escribir mucho, escribirlo todo. En algún punto se perderá la conciencia y los ojos inyectados de sangre se acostumbraran a tanto humo, a tantas letras, a tantas cosas...
Cartas a los amigos. Borradores a los amigos. Borradores inteligibles pero que con seguridad cambiarán el mundo. Hay que ser conciente que escribir cansa, escribir duele. Sangrarán las manos y se mezclará el color rojo y espeso de la sangre con la tinta negra. Escribir con ese nuevo compuesto cuando no haya mas que hacer.
Para este momento se puede estar seguro que no hay Smith o Ricardo que valgan, que Hegel es un perro muerto, que eso que se está escribiendo va a romper con todo, lo va a explotar -Escrito teorrista, pero no importa-. No se pueden dejar de sentir los fantasmas, al fin y al cabo para eso recorren Europa. Al fin y al cabo para eso se escribe.
Ahora si por lo menos es posible escribir El capital, con esas instrucciones. Solo falta hacer capital. Sabias palabras de la madre (del padre del linaje) que ya lo sientía morir entre tanto papelito y tanto, tanto desorden.
Lo primero es fumar mucho. Encerrarse en un estudio 14 horas diarias, agarrar la biblioteca entera y desparramarla en el suelo, escupirla en las mesitas, vomitarla en todas partes. Evitar bañarse. Las ideas pueden huir ante los buenos aromas, la gente puede acercarse demasiado. No se pueden abrir las ventanas, no se pueden botar las colillas.
Es necesario recluirse entonces, permitir que el humo del cigarro perfore los pulmones y haga suya cada esquina del cuartito. Escribir mucho, escribirlo todo. En algún punto se perderá la conciencia y los ojos inyectados de sangre se acostumbraran a tanto humo, a tantas letras, a tantas cosas...
Cartas a los amigos. Borradores a los amigos. Borradores inteligibles pero que con seguridad cambiarán el mundo. Hay que ser conciente que escribir cansa, escribir duele. Sangrarán las manos y se mezclará el color rojo y espeso de la sangre con la tinta negra. Escribir con ese nuevo compuesto cuando no haya mas que hacer.
Para este momento se puede estar seguro que no hay Smith o Ricardo que valgan, que Hegel es un perro muerto, que eso que se está escribiendo va a romper con todo, lo va a explotar -Escrito teorrista, pero no importa-. No se pueden dejar de sentir los fantasmas, al fin y al cabo para eso recorren Europa. Al fin y al cabo para eso se escribe.
Ahora si por lo menos es posible escribir El capital, con esas instrucciones. Solo falta hacer capital. Sabias palabras de la madre (del padre del linaje) que ya lo sientía morir entre tanto papelito y tanto, tanto desorden.
posted by don tomate at 9:08 p. m.
9 Comments:
?????????????????????????????????????????????????????????????????????
Sí. Yo creo que San Pablo estaba loco también y fumaba mucho (tal vez tabaco no y por eso soñaba y hablaba en lenguas) y vea que sí cambió el mundo.
Creo que ese señor también llevaba barba, como era moda en su época.
Te obsesiona el mal oliente ese, cierto???
Don Tomate:
punto Interesante. Buena receta.
Kozure (RELOADED)
NO A LA DESCONEXION DE GAZA
Lo primero: Encerrarse en la torre de una iglesia por la noche, con una M60 y suficiente munición. Luego esperar tranquilamente la mañana cuando comienzan a llegar los paseantes al parque...
También puede funcionar no?
Incoherente: No puedo con el vómito. Tal vez el exceso de humo sea suficiente para ahuyentar a las personas.
Jazz:Pues al parecer a Marx le funcionó la mezcla de sangre, tinta y cigarrillo.
ahora, la idea de cabezas siempre es sugestiva. Una canasta y salir a un pic nic con granadas tambien.
No. Aquí la idea no es hacerle daño al prójimo. Lo que propone don tomate es un ambiente favorable para la autodestrucción.
Ahora entiendo por que las veces que me dejaba esa vieja sentía que estaba intentando cambiar el mundo.
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