Avatares del señor tabares.
Uno pasa por inmigración y luego de un viaje larguísimo y lleno de demoras, mala comida y dormida, llega a su destino. Ruega que los últimos colombianos que vea durante el transcurso del viaje sean aquellos que ya tomaron sus maletas y se han montado al taxi. Espera no ver más, casi con la certeza de que será cierto. Casi.
Porque después uno va caminando por la calle y se siente medio paranoico, mira las esquinas con un temor particular, con una constante incertidumbre que no se termina hasta que suena la primer canción de Juanes o hasta que algún nativo pregunta por shakira. Y es ahí donde comienzan los problemas, que la cumbia y que el vallenato, que el pibe, higuita y tal o cual equipo. Que por allá si hay droga no? Entonces uno ya se aprende las respuestas y compra la grabadora para no tener que andar repitiendo cada vez lo mismo.
Pero nada, todavía no hay Colombianos. Y es que si uno se va de Colombia es porque se quiere ir de Colombia, y eso quiere decir que no está paseando en Colombia, por lo tanto no quiere saber mayor cosa de Colombia. mejor dicho, por un ratico no. Pero de un momento a otro se siente la presencia de una masa deforme que se acerca, mientras uno tranquilo está con su cerveza, hablando de cualquier cosa con cualquier persona. Y le preguntan, después de oír el acento: Usted es Colombiano?
Claro, uno quiere decir que no, mas bien que no me joda, pero inevitablemente cae en el amable error de responder afirmativamente a una pregunta que no sea hace para comprobar la nacionalidad, sino para empezar una conversación insufrible en la que solo falta el himno de Colombia, tengo la camisa negra.
E inmediatamente se buscan solidaridades, y se espera que uno tambien tenga la banderita pintada hasta en el culo y que le haga falta el guaro. No, a mi si ese trago me gusta muy poco sabe? A mi la verdad que me den un aguardiente de caña, de la caña de mis valles y el anís de mis montañas. Es que pille, el trago extranjero es caro y no sabe a bueno, yo siempre prefiero lo de mi tierra primero. Como se espera que la respuesta sea relativa a lo orgullosos que nos sentimos de haber nacido por acá, la mirada se torna algo esperanzada, pero no siempre se recibe lo que se quiere. Yo una vez recibí un disco de locomía, así que no veo porque tenga que ser amable.
Seguramente al interlocutor le pasará algo relativamente parecido, con la diferencia que él viene de excursión, o mejor, ha decidido formar una colonia colombiana en el hostal. Y es que si ya es difícil tener que viajar con dos personas de la misma nacionalidad (en general dos personas), como hace este señor para venirse con otras 11? Once, que parecen 20, porque resuena su acento en todo el lugar, un eco maldito del que no se puede escapar. Que si entra al baño, que si sale del baño, que con una cerveza, un cigarrillo, un maldito libro. Siempre ahí, rondando de forma inconsciente, mirando con complicidad, esperando que en algún momento de locura salga corriendo por todo el hostel a medio vestir y con los ojos inyectados de sangre gritando AJIACO!!!!QUIERO AJIACO!!!!!
Entonces hay que devolverse, que porque se extraña el ajiaco y el guaro.
